No es momento para golpear al deporte español

El mundo del deporte está paralizado casi en su totalidad a raíz de la pandemia del coronavirus. Esto significa que el deporte no sólo se queda sin actividad, sin ganadores, sin récords ni espectáculo, sino también sin dinero. A la espera de la evolución del COVID-19, LaLiga española ha cifrado en 678 millones de euros las pérdidas que sufrirá por la interrupción de la temporada 2019/2020, mientras que el fútbol italiano prevé un impacto de más de 1.000 millones de euros. Asimismo, varios clubes de la Bundesliga alemana se plantean recortarles los salarios a los jugadores por la crisis. En este contexto de turbulencia global, el Gobierno español impulsa un conjunto de medidas para regular la publicidad del juego que, de aprobarse, traerá consecuencias negativas tanto para las casas de apuestas como para las arcas del deporte. 

Fuimos cruciales en la supervivencia del Bilbao Basket cuando el club estaba en concurso de acreedores y llegamos con un patrocinio relevante por un período de 10 años. Esto le permitió a la institución subsistir y pagar nóminas, y además le sirvió como garantía para aplazar sus deudas con Hacienda. La paradoja es que ahora una medida del propio Gobierno puede poner en riesgo el cobro de una deuda con Hacienda”, señaló Xabier Rodríguez Maribona, CEO del Grupo Retabet, en entrevista con SBCNoticias

El Retabet Bilbao Basket es uno de los afectados por la normativa del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que, de recibir el visto bueno, prohibirá a partir del 1 de julio los naming rights de los estadios y los clubes deportivos. El conjunto vizcaíno de la Liga ACB renovó hace dos años su contrato con Retabet como patrocinador principal y title sponsor hasta 2028, lo que le sirvió como colchón para afrontar su deuda de 2,8 millones de euros con la Agencia Tributaria. Ahora su colaboración peligra por las medidas drásticas anunciadas por Garzón, aunque habrá que ver qué decisión tomará el Gobierno cuando se reanude la actividad legislativa tras la crisis sanitaria. Lo lógico sería que se priorizara la protección de la salud de los ciudadanos y de las economías frente al COVID-19. Pero a veces la lógica desaparece. “El deporte necesita patrocinadores para subsistir. Hay deportes, como el baloncesto en España, que dependen de los patrocinadores para pagar sus salarios y mantenerse vivos”, apuntó Rodríguez Maribona, y remarcó: “No es momento para golpear al deporte limitando patrocinios”.

Si bien todavía es difícil calcular el impacto económico que la crisis tendrá en las apuestas deportivas, ya que dependerá del tiempo que dure la suspensión de actividades, los gremios del sector creen que habrá consecuencias devastadoras. Hablan, incluso, de la desaparición de algunos operadores. Es que, además, las medidas gubernamentales orientadas a contener la pandemia están provocando disrupciones relevantes en la cadena de suministro y los servicios. “Hace tiempo ya que en España al menos 65 de las 80 licencias están en pérdidas. Hay más de 60 empresas con menos del 1 por ciento del mercado y eso no es sostenible. Tras el COVID-19, la tendencia a la concentración se acentuará. Retabet, no obstante, es una de las empresas con un balance más saneado. Tenemos deuda neta negativa un Ebitda de 18 millones de euros, así que estamos en una buena posición ante esta crisis”, aseguró Rodríguez Maribona. 

Según Cristina Romero, socia de la firma de abogados con sede en Madrid Loyra Abogados, “estamos ante una emergencia sanitaria que tiene un impacto en todos los niveles de la economía. Indudablemente, el sector del juego físico se verá perjudicado por el cierre de salones, pero también habrá consecuencias para el negocio online. Si a este panorama le sumamos las restricciones a la publicidad que plantean desde el Gobierno español, es un doble golpe para la industria”. 

“Habrá empresas que por la coyuntura actual se verán imposibilitadas de cumplir sus obligaciones contractuales. El coronavirus supone una alteración extraordinaria de las circunstancias, que rompe el equilibrio de las reglas del juego”, añadió. 

Por su parte, Santiago Asensi, socio director de la firma española Asensi Abogados, remarcó que “es evidente que los contratos de patrocinio vigentes cuya duración va más allá de la temporada 2019/2020 o cuya renovación está prevista para el cierre de la temporada, tendrán que adaptarse a lo dispuesto en el decreto. Esto implica sentarse a negociar y en algunos casos sustituir, y en otros dejar sin efecto, las cláusulas que no cumplan la nueva normativa, independientemente del coronavirus. Si a esto le añadimos los estragos del COVID-19, como la suspensión de eventos deportivos, la imposibilidad de publicitarse antes de la aprobación del decreto y la bajada de ingresos, estamos frente a una tormenta perfecta.”  

Para Rodríguez Maribona, es importante ver el patrocinio como una herramienta para promover valores positivos y no hacer distinciones entre empresas públicas y privadas. “El patrocinio per se no incita al juego, sino que permite dar un aura de ocio a las apuestas y contribuir a la legalidad mediante mensajes de juego responsable. Es incoherente que el Estado fomente medidas supuestamente dirigidas a proteger colectivos vulnerables que aplican a todos, menos al juego público. Hablan de juego responsable pero esa responsabilidad parece no importar cuando los afectados son los ingresos públicos. Tarde o temprano, esto caerá por su propio peso, bien sea por decisión de Bruselas o cuando los ciudadanos se den cuenta de que lo que se defiende por un lado, no se cumple por otro”.

“Estos momentos demuestran que somos una industria importante para generar riqueza y ayudar al deporte. Hoy, más que nunca, tenemos que trabajar juntos para que entre todos podamos salir adelante”, sentenció.