La crisis mundial deja en segundo plano la regulación del juego en Brasil

El presidente del Instituto Brasileño de Juego Legal (IJL), Magnho José, ha revelado a SBC Noticias que, pese a que algunas loterías del país continúan funcionando, se espera que la baja en la recaudación sea de hasta el 100 por ciento. Y destaca que la ventaja de operar en un mercado regulado es la capacidad de negociar con el gobierno, y con organismos financieros, distintas políticas de colaboración para superar los desafíos.

No es el caso de aquellos sectores que aún operan en la sombra en Brasil, que son la mayoría de los juegos y las apuestas. Como ha demostrado Magnho José en su reporte “Juego legal versus juego ilegal en Brasil”, la falta de regulación no implica la nula oferta de juegos, sino, simplemente, la clandestinidad. Los juegos en Brasil siguen existiendo, pero sin un marco normativo ni aportes para el Estado. 

Además de los impactos económicos para ambas actividades (legales e ilegales), el coronavirus ha dejado en segundo plano cualquier tipo de debate legislativo para avanzar en la materia. La regulación de las apuestas deportivas y la legalización de otros tipos de juegos no saldrán a la luz pronto, como ha de suponerse.

El retraso de las normativas representa un perjuicio para las arcas estatales en el país. Los únicos juegos legalizados, loterías y apuestas deportivas, están gravemente atravesados por la crisis. “Las siete modalidades de lotería que todavía están en funcionamiento vienen en baja, y la lotería principal, Mega-Sena, tuvo una caída en la recaudación de más del 100 por ciento”, detalla el experto, que también es el editor del medio brasileño BNL Data. En Brasil, las loterías son operadas por el propio Estado, a través de Caixa Econômica Federal, aunque el año pasado también se extendieron al plano privado al otorgar la concesión de Lotex, lotería instantánea, al consorcio conformado por IGT y Scientific Games, Instant Star.

Mientras tanto, el presidente de la república, Jair Bolsonaro, dispuso la reactivación de las operaciones tras apelar la orden judicial que suspendía el decreto federal donde se establecía como “actividades esenciales” a las loterías. Pero la reactivación no sería suficiente; el aislamiento social y las implicancias económicas demuestran que no se alcanzarán los ingresos pretendidos.

Por otro lado, las apuestas deportivas están frenadas debido a la suspensión de la actividad a nivel local e internacional. “Creo que el sector no tiene alternativas para enfrentar las consecuencias de la pandemia del coronavirus, que están siendo devastadoras para el mercado mundial de juegos y loterías”, agrega.

Una vez que se normalice la situación, una de las proyecciones apuntaría a la legalización del juego total para generar nuevos ingresos para las arcas públicas. Así, todos los sectores podrían verse beneficiados por la reactivación económica.

“Lo mejor para Brasil es la aprobación del Marco Regulatorio para los Juegos mediante la sustitución de PL 442/91, que incluye la legalización de todo tipo de juegos. Varios mercados que han experimentado largos períodos de ilegalidad han optado con éxito por esta solución”, propone el experto. 

Legalización exclusiva de los casinos resorts 

Antes de la debacle económica por la pandemia, uno de los proyectos que parecía ir ganando adeptos por parte del oficialismo brasileño buscaba la legalización de los casinos resorts en zonas turísticas. Desde el primer momento, el IJL, encabezado por Magnho José, se opuso a la propuesta.

Según argumentan, la instalación de algunos casinos resorts en São Paulo y Río de Janeiro —dos de las ciudades más turísticas del país— no beneficiará a la economía. “Esto no aumentará el número de turistas extranjeros, no creará tantos empleos ni generará los ingresos esperados para este sector”, explica. 

“Algunas corporaciones norteamericanas, lideradas por Las Vegas Sands, han prometido grandes inversiones si el Congreso brasileño legaliza sólo unos pocos resorts integrados, como en Singapur, y argumentan que este modelo es el mejor para Brasil. Es una gran tontería, esta propuesta no es buena para Brasil, pero sí para algunas corporaciones estadounidenses”, asegura.

Por su parte, el IJL tiene el objetivo de sacar adelante la economía del país con una industria amplia, transparente y beneficiosa para los brasileños. Según sus estudios, estos casinos resorts afectarían la ya profunda crisis que atraviesa el sector hotelero. Las empresas locales no podrían competir con habitaciones lujosas de hotel, financiadas por los ingresos de los casinos. Esto generaría más despidos que empleos, y más recursos para las empresas extranjeras en detrimento del desarrollo local.

“En otras palabras, están tratando de crear un monopolio en los juegos en Brasil para las grandes corporaciones de Estados Unidos y están empujando el mercado de juegos no regulados hacia estructuras verdaderamente criminales”, añade.

Pero las esperanzas no están perdidas: “Afortunadamente, una encuesta realizada por Paraná Pesquisa indicó que el 52,1 por ciento de los diputados federales está a favor de legalizar todas las modalidades, y sólo el 7,2 por ciento de los parlamentarios prefieren los casinos resorts exclusivos”, informa.